No se gritar cuando te extraño.
El invierno llega rápido
todavía no descanso,
la lucha siempre avasalla
mis entrañas se retuercen de mañana
hay dolor en mi garganta,
nudos en mis pasos.
Las ventanas son clausuradas
por esa angustia que inmuta mi espalda
es todo pesado y repentino
tanto que tu recuerdo es daga
que apuñala mis horas
dejándome esta inútil vigilia
que reduce mi cuerpo en cenizas.
Ya es tarde
los ecos me abrazan
aunque me ahogan
se siente como en casa
quizás no alcance mañana
pero siempre encuentro
una manera de que calle
la insatisfacción mate
de tu pecho incesante.
Estoy quien sabe donde
quisiera nunca encontrarme
solo quiero esperarte
a vos sol de media tarde
tibio y dorado,
historia de antaño,
por el ocaso insano
me desvelo
todavía en silencio
porque te extraño.
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