Con lo que emanan tus
poros erradico mi tristeza,
tengo frases que se retoban a mi ciencia.
No puedo contemplar lo fresco de tus labios,
hasta se siente
insano lo intenso de mi pecho
contra los destellos
etéreos desparramados sobre el tálamo.
En la vislumbra de la noche yo reclamo un poco de tu salvia, excitante
son tus pestañas
que me abanican como
alas de algún tipo de pájaro,
sos como sabor
afrodisíaco,
me tiemblan las
rodillas
por tu sabor a whisky
tabaco.
Venia atormentada de la eterna soledad,
pero en tu cama todo
se siente tan relax, mi negro.
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